El 17 de noviembre se conmemora el “Día de la Militancia ” en homenaje al pueblo peronista que enfrentó a la dictadura militar, encabezada por Alejandro A. Lanusse, y posibilitó el regreso al país de Juan D. Perón en 1972, tras 18 años de exilio y proscripción.
En ese contexto se recuerda al dirigente de la resistencia peronista John William Cooke quien, junto a otros compañeros, viabilizó a través del “Luche y Vuelve” la llegada del General a la patria, si bien falleció cuatro años antes de ese suceso, fue uno de los constructores políticos de su retorno a la Argentina.
El Bebe nació en La Plata el 14 de noviembre de 1919, fue ideólogo y militante del movimiento justicialista. Perteneció a una conocida familia radical, su padre Juan Isaac Cooke, fue miembro de la Junta Renovadora de la UCR, luego de las elecciones presidenciales de 1946, Perón lo designó embajador en Brasil y continuó en el servicio exterior hasta 1955.
Este platense asumió el compromiso político como radical yrigoyenista desde la escuela secundaria y en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó como abogado a los 23 años. Participó en la Unión Universitaria Intransigente y luego en la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA).
En 1945 se concretó su encuentro con Perón, quien ejercía la vicepresidencia de la Nación. Junto a su padre y un grupo de radicales fueron convocados a integrar el gobierno. El 17 de octubre de ese año, Cooke fue testigo del surgimiento del movimiento con mayor gravitación en la historia argentina.
Se destacó como diputado justicialista en la defensa de los postulados de la doctrina nacional y popular, además se caracterizó por asumir una actitud crítica, por tal motivo discrepó en diversas ocasiones con Perón, como está expresado en las numerosas cartas escritas entre ambos. Después del alzamiento militar de junio del ’55 fue designado interventor del partido en la capital federal.
“La influencia de Cooke fue principalmente ideológica y siempre tendió a sintetizar dos idearios hasta ese momento irreconciliables: el nacionalismo y el socialismo. El Bebe fue el padre de la izquierda peronista, pero también creador de la fórmula ‘socialismo nacional’, que dominó buena parte del pensamiento vernáculo en los 60 y 70”. Brienza[1] (2006:49)
Durante una conferencia que pronunció el Gordo en 1946, conoció a la escritora y militante justicialista Alicia Eguren en el Centro de Estudios Argentinos, tiempo después comenzó una relación entre ambos.
Fue uno de los estrategas de la resistencia, a la cual consideró como un instrumento para consolidar el poder político. Pensó que el peronismo mediante tácticas insurreccionales debía arrebatar ese poder, para lograr el retorno del líder y confluir hacia un movimiento revolucionario. Para Cooke[2] (1962:233) “El Peronismo no es populismo, es revolución”.
Luego del derrocamiento del gobierno constitucional en 1955, se transformó en uno de los artífices de esa resistencia colectiva surgida en respuesta a la represión, por ese motivo estuvo preso en distintas cárceles del país. Según Cooke[3] (2011:189) “Sobre el pueblo recaerá el peso de la liberación. Donde el peronismo y la clase obrera tomarán decididamente el papel que les asigna la historia”.
En 1956 el General lo eligió su delegado, al año siguiente se fugó del penal de Ushuaia junto a otros cuadros peronistas rumbo a Chile, en tanto Alicia se reunió con él en ese país, luego de ser liberada de la cárcel de Olmos. Después viajó a Caracas para llevarle al General un informe sobre la situación en Argentina y el plan de insurrección popular, a su regreso ella y el Bebe se casaron en Uruguay.
En una carta dirigida a Alejandro Leloir en 1957, Perón[4] (2001:60) le informó que ante los intentos de ser asesinado por la dictadura “…le mandé al Dr. Cooke un documento en el que lo declaraba mi reemplazante, en caso de muerte”, y agregó “…fue el único dirigente que se conectó a mí y el único que tomó abiertamente una posición de absoluta intransigencia, como creo yo que corresponde al momento que vive nuestro movimiento”.
Con la irrupción de la revolución cubana en 1959, consideró al marxismo como instrumento de análisis. En ese contexto cabe señalar su trayectoria como ideólogo e impulsor del socialismo nacional, doctrina que convergió en la izquierda del movimiento justicialista. Su pensamiento tuvo repercusión en los años ’70, con la consolidación del peronismo revolucionario.
A los cuarenta y ocho años, el 19 de septiembre de 1968, una muerte prematura lo obligó a abandonar la lucha. En su testamento expresó “…viviré en aquellos que continúan, con la misma pasión que yo lo hice, la militancia por la liberación de mi patria y la liberación de Latinoamérica. Ese será mi futuro”. Bonasso[5] (1997:141). Alicia Eguren fue detenida el 26 de enero de 1977 en la ESMA, luego fue arrojada al Río de la Plata en los vuelos de la muerte.
Cooke simbolizó los ideales de una generación que peleó por el retorno del líder al país, fue doctrinario de la resistencia peronista, imaginó la emancipación de la patria grande del imperialismo, como lo soñaron San Martín y Bolívar, y pensó que el camino era el socialismo nacional, una bandera retomada por la juventud en los ’70. Su legado sigue vigente en todas las luchas de la militancia peronista.
[2] Cooke. J. W. Junio/1962. Perón-Cooke. Correspondencia. Parlamento. Tomos II. Buenos Aires.1984.
[3] Cooke. J. W. Peronismo y revolución. Tomo V. Obras completas. Compilador Duhalde. E. L. Colihue. Bs. As. 2011
5 Bonasso, M. El presidente que no fue. Los archivos políticos del peronismo. Planeta. Argentina. 1997.
Cooke,uno de los grandes hombres del peronismo...y lamentablemente un poco olvidado...es bueno recordarlo.
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