La presidenta Cristina Fernández, luego del triunfo en las elecciones donde la ciudadanía revalidó el rumbo de su gestión con el 54% de los votos, afirmó “Es la continuidad de un proyecto político y de país”, ratificó así el camino iniciado en 2003 por Néstor Kirchner, al cumplirse un año de su fallecimiento.
Ese 27 de octubre un profundo dolor se apoderó del pueblo por la pérdida del protagonista esencial de los últimos siete años de la historia nacional. Durante los funerales una multitud entristecida irrumpió en Buenos Aires, el signo distintivo fue el estallido de la militancia juvenil en las calles porteñas. Largas colas se formaron frente a la Casa Rosada para dar el último adiós a su líder.
Fue el reconocimiento popular al político capaz de conducir a la nación en una de las etapas más difíciles. Una mirada sobre el pasado reciente muestra la representación de la década neoliberal con el desguace del Estado, las privatizaciones, el libre mercado, la destrucción de la industria y las fuentes de trabajo.
En ese marco, en diciembre de 2001 el país sufrió una profunda crisis económica y social, durante los cacerolazos la gente pidió “que se vayan todos”, hubo saqueos a supermercados y la represión dejó 27 muertos y 100 heridos. Estos hechos apuraron la entrega del gobierno por parte de Fernando De la Rúa, lo sucedieron cuatro presidentes interinos en doce días: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y Eduardo Duhalde.
Durante la crisis institucional se convocó a elecciones donde Carlos Menem obtuvo el 24,3% y Kirchner alcanzó el 22%, y se llamó a una segunda vuelta. La deserción del riojano de la carrera presidencial, jugó a favor del ex gobernador de Santa Cruz, quien llegó a la primera magistratura el 25 de mayo de 2003, se cumplían 30 años de la asunción de Héctor J. Cámpora.
En el discurso ante el congreso Kirchner dijo “Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a las que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”. Luego expresó “Les vengo a proponer que recordemos los sueños de nuestros patriotas fundadores y de nuestros abuelos inmigrantes y pioneros, de nuestra generación que puso todo y dejó todo pensando en un país de iguales”. Feimann[1] (2011:51,54)
Su gobierno apoyó las investigaciones sobre violaciones a los Derechos Humanos, se avanzó en la tramitación de causas judiciales a miembros de las fuerzas armadas y la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto final. Al mismo tiempo reveló la decisión de no subordinar las estrategias económicas a las indicaciones del FMI, en el 2005 se realizó el canje de la deuda externa, comenzó una etapa de crecimiento significativo de las finanzas del 8% anual, y se subsidió a los servicios públicos.
Según el filósofo Forster[2], la época iniciada en mayo de 2003 y luego profundizada por Cristina “se ha caracterizado por la recuperación del debate público y, lo que es más
importante aún, por la fuerte repolitización de una sociedad que venía cuesta abajo” después de la década del ‘90.
Kirchner creyó firmemente en el Estado presencial, reparador, protector y promotor. “Tenemos que ir hacia un Estado atento, -dijo- con capacidad de reaccionar frente al conflicto social, ejerciendo un triple rol activo”. Como reparador de desigualdades sociales, a través de educación, salud y vivienda, con movilidad social desde el trabajo propio; protector de los sectores vulnerables, y promotor de políticas activas. Kirchner/Di Tella[3] (2003:151,152).
Con el fervor de los ’70 concibió la militancia, a quien convocó en defensa de los intereses de la patria durante la disputa con la corporación mediática y el conflicto del campo, con pasión intervino en el debate ideológico por la Ley de Servicios de Audiovisuales. Ya se superó la situación con el agro y se marcha hacia una sociedad plural y multicultural, con leyes Contra la violencia de género y Matrimonio igualitario.
El filósofo argentino Ernesto Laclau[4] sostuvo que "el logro histórico del kirchnerismo en el período de Néstor fue haber conseguido reunir de manera estable las movilizaciones nacional-populares con las formas de la democracia liberal".
La prioridad en las relaciones exteriores fue la construcción de una América Latina unida, junto a líderes como Hugo Chávez, Lula da Silva y Evo Morales. Fortaleció el MERCOSUR como herramienta para un proyecto de integración regional y rechazó el ALCA. En 2008 se constituyó la UNASUR y fue el secretario general hasta su muerte.
Su legado fue una doctrina de la gestión al servicio del pueblo, en consonancia con el modelo distributivo de inclusión social, con igualdad de oportunidades. Este paradigma siguió vigente con Cristina y continuará, seguramente, en su segundo mandato. En ese contexto la Asignación Universal por Hijo tuvo un impacto positivo en la reducción de la indigencia y la pobreza, como lo reconoció la CEPAL en octubre de este año.
Por su parte el FMI elevó al 8% su proyección de crecimiento de nuestra economía y para este año, dos puntos más de lo estimado en abril, lo que ubicó al país como el de mayor tasa de ascenso del PBI en la región.
El asesor de la ONU, Kliksberg[5], denunció la aplicación en Europa y EEUU de recetas populistas de derecha. “El reverso ético, de los esfuerzos que actualmente realizan los gobiernos progresistas de Latinoamérica, -dijo- con Cristina Kirchner entre las líderes más destacadas, para alcanzar "una economía con rostro humano"”.
Los Kirchner criticaron al FMI en los foros internacionales por la aplicación de medidas recesivas, en sintonía con esa postura, se organizó el 15 de octubre de 2011 una rebelión global en 82 países y 951 ciudades, inspirados en los indignados españoles y Ocupar Wall Street de Nueva York, sin ningún efecto en la Argentina.
Para Feimann[6] (2011:317) Néstor estuvo siete años en la política visible de nuestro país, igual que Evita. “No quiero equiparlos en nada…Pero hay gente que necesita poco para trazar una marca profunda, imborrable en la Historia. Acaso ésa sea su grandeza, pero es también su gran debilidad. Porque se van pronto”.
[1] Feimann. J. P. El Flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner. Planeta. Buenos Aires. 2011.
2 Forster R. Revista Veintitrés. “Una extraña experiencia”. 29.9.2011
[3] Kirchner. N. Di Tella. T. Conversaciones. Después del derrumbe. Galerna. Buenos Aires. 2003.
[4] El Argentino.com 8.10.2011
[5] Revista Newsweek. Andrés Fidanza. “El viento de cola solo no basta".15.9.2011
[6] Feimann. J. P. El Flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner. Planeta. Buenos Aires .2011.